Sexualidad y Distimia

Lo que debes saber

Sumario: Los trastornos depresivos tienen una alta prevalencia en el mundo actual. Dentro de ellos el trastorno distímico es uno de los más frecuentes, siendo uno de los trastornos de frecuencia en nuestros tiempos. Si bien la distimia es un trastorno leve en relación a los otros cuadros afectivos, sus características afectan la calidad de […]

Sumario: Los trastornos depresivos tienen una alta prevalencia en el mundo actual. Dentro de ellos el trastorno distímico es uno de los más frecuentes, siendo uno de los trastornos de frecuencia en nuestros tiempos.

Si bien la distimia es un trastorno leve en relación a los otros cuadros afectivos, sus características afectan la calidad de vida en forma crónica de quienes la padecen.

En el DSM IV (1994), se cambió el término “distimia” por “trastorno distímico”. Un nuevo cambio aparece en la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V). Es la modificación categórica de la distimia, cuyo nombre ha sido reemplazado por el de trastorno depresivo persistente.

Distimia se emplea para calificar una alteración del estado de ánimo, una depresión leve, de carácter crónico, que se inicia generalmente en la niñez tardía o adolescencia y cuya evolución es prolongada.

Hay personas que han estado así prácticamente toda su vida. Algunos autores, hablan de personalidad depresiva en estos casos.

Muchas personas con distimia llegan a creer que, ellas son así, y no identifican la distimia como una condición patológica, sino como un estado normal de su forma de ser.

Con frecuencia se las califica de amargadas, o como pesimistas, tristes o introvertidas.

En la mayoría de los casos su área sexual esta significativamente afectada, en muchas ocasiones, su libido ha bajado de manera notoria o ya no existe.

Comenzamos a indagar razones para que dicha área se vea afectada y en muchas ocasiones, lo que hay detrás es un cuadro de distimia.

La tienden a padecer aquellas personas que su vida ha estado invadida de mucho estrés y tensión y las personas que la padecen se sienten muy cansadas, se quedan dormidas, llegan tarde al trabajo, su vida sexual es muy poco activa y no tienen interés en socializar.

Esto pudiera traer otras consecuencias como pérdida de trabajo, dificultades matrimoniales, baja autoestima o, simplemente, frustración consigo mismo.

En la práctica médica, la distimia no suele diagnosticarse ni tratarse, debiéndose a muchas causas, entre ellas una educación médica inadecuada, restricciones de tiempo en la consulta médica.

Definición

Alguno la define como mal humor y porque, el individuo está habitualmente triste, introvertido, melancólico, excesivamente consciente, incapaz de alegría y preocupado por su insuficiencia personal.

Lo que caracteriza a la distimia son los síntomas depresivos de bajo grado, fundamentalmente de tipo subjetivo (humor y cognición) como, cuando baja la testosterona y la ausencia de signos objetivos (psicomotores y vegetativos).

El término distimia significa enfermedad del humor, implica una disforia temperamental, o sea, una tendencia innata a experimentar el humor deprimido.

 Por el contrario, neurosis depresiva, implica un patrón de pensamiento y conducta desadaptativo y repetitivo que desemboca en una depresión.

A los pacientes de este segundo grupo se les describe a menudo como personas ansiosas, obsesivas, y proclives a la somatización.

Se pueden ver dos tipos de trastorno distímico: el esporádico, con un 85% de los casos, en el que el paciente tiene más días deprimidos que no.

No hay eutimia sostenida de más de 2 meses, ni tampoco se dan síntomas depresivos durante 2 semanas o más.

Un tema esencial referente a la causa del trastorno distímico es si está relacionado con otros trastornos psiquiátricos, incluidos el trastorno depresivo mayor y el trastorno límite de la personalidad.

Estudios del sueño: uno de los aspectos más estudiados ha sido la latencia REM (tiempo transcurrido desde el inicio del sueño hasta el inicio de la fase de movimientos oculares rápidos).

En sujetos normales este tiempo se sitúa alrededor de 90 minutos (70-120 minutos). Sin embargo, se ha constatado que esta latencia está reducida en las depresiones primarias.

Estudios neuroendocrinos. Los dos ejes neuroendocrinos más estudiados en el trastorno depresivo mayor y en el trastorno distímico son el eje adrenal y el tiroideo.

Se han examinado utilizando el test de la supresión de la dexametasona (TSD), y el test de la estimulación de la liberación de la hormona tirotropina (TRH).

Aunque los estudios no son del todo uniformes, la mayoría indican que los pacientes con un trastorno distímico tienen menos probabilidades de presentar resultados anormales en el TSD que los pacientes con un trastorno depresivo mayor.

Síntomas:

  • Sentimientos de incapacidad respecto a las responsabilidades habituales.
  • Pesimismo sobre el futuro o cavilaciones sobre el pasado.
  • Aislamiento social.
  • Menor locuacidad de lo habitual.
  • Propensión a la anhedonia (falta de capacidad para el disfrute de situaciones placenteras).
  • Tendencia a somatizar en forma de mareos o cefaleas.
  • Falta de deseo sexual y de fantasías sexuales se le conoce médicamente bajo el nombre de: deseo sexual hipoactiva.
  • La baja autoestima, la pérdida de energía, el retardo psicomotor, la disminución del impulso sexual, y la preocupación obsesiva por asuntos de salud.
  • El pesimismo, la desesperanza y la indefensión hacen que a estos pacientes se les vea como personas masoquistas.
  • No obstante, si el pesimismo se dirige hacia el exterior, los pacientes pueden despotricar del mundo y quejarse de que son maltratados por sus familiares, hijos, padres, amigos, y por todo el sistema.
  • También pueden presentar Alexitimia que es un trastorno en la forma de procesar las emociones.
  • Es la incapacidad de un sujeto para identificar sus emociones y, por tanto, expresarlas. El individuo no entiende lo que siente ni sabe describirlo.

Conclusiones:

Se debe intentar cambiar la narrativa, persistente y recurrente de tipo pesimista.

En las personas con disfunción sexual, se debe ser especialmente cuidadoso en la elección del medicamento.

Ya que los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (IRSS), son los que más pueden tener efectos secundarios en este tipo de personas.

Las investigaciones iniciales indican que el bupropion, que actúa por la vía de dopamina y noradrenalina puede ser un tratamiento efectivo para los pacientes con un trastorno distímico.

Otro candidato puede ser agomelatina, que tiene un mecanismo de acción sobre melatonina, dopamina y noradrenalina, otros a considerar serían duloxetina y mirtazapina.

Los simpático miméticos, también pueden utilizarse en determinados pacientes.

Cuando se utiliza un antidepresivo en el tratamiento del trastorno distímico deberían usarse las máximas dosis toleradas mediante un mínimo de ocho semanas:

Antes de que el especialista concluya que el tratamiento no fue efectivo. Si un tratamiento no fue efectivo, el especialista debería reconsiderar el diagnóstico, en especial, en lo que se refiere a la posibilidad de una patología médica subyacente.

 Por ejemplo, un trastorno tiroideo o un trastorno por déficit de atención en el adulto.

Si tras una reconsideración del diagnóstico diferencial se mantiene el trastorno distímico como el más probable, el especialista debería seguir la misma estrategia terapéutica que seguiría en el caso de un trastorno depresivo mayor.

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